Ósip Mandelstam
Ósip Emílievich Mandelstam (Осип Эмильевич Мандельштам, nacido Иосиф Эмильевич Мандельштам: Iósif Emílievich Mandelshtam). [Varsovia (Imperio ruso), 1891 - Vladivostok (Unión Soviética), 1938]. Su padre, prestigioso comerciante judío-polaco, y su madre, profesora de piano, lo educaron en el famoso colegio privado Tenishev de San Petersburgo, luego en Paris y más tarde en Alemania donde estudió literatura en la Universidad de Heidelberg. De regreso a Rusia, estudió Filosofía, carrera que dejó inconclusa para dedicarse a la literatura. Permaneció en la Unión Soviética tras la Revolución y escribió poesía hasta 1925.
Junto con Gumiliov y Anna Ajmátova, de la que fuera su amante, Ósip Mandelstam formó parte del movimiento acmeista, del griego άκμή (cima), que en sentido figurado significa el momento en que algo alcanza su máximo esplendor. Esta grupo de escritores reunidos en torno a la revista “Apolo” y a la creada editorial “Acmé”, tomó del movimiento simbolista el gusto por la cultura europea y la mitología occidental, así como una determinada conciencia histórica, una dimensión ética y sensibilidad poética, pero se alejaba del simbolismo al apoyar la precisión y la concisión en la poesía.
Mandelstam definía el “acmeismo” como “nostalgia de una cultura mundial” y en su principal manifiesto poético, el poeta reivindica, frente a los 'futuristas' rusos encabezados por Mayakovski y Pasternak, su compromiso con la creación poética capaz de dar cuenta de la realidad social e ideológica de la época soviética. Sus versos saludaron con moderado entusiasmo los primeros escarceos de la revolución rusa para oponerse, más tarde, a la deriva tiránica y a sus signos de barbarie, con lo que él definió como poesía cívica contra el poder. Lingüística y sintácticamente, la extensa poesía de Mandelstam contraviene el instinto de conservación no sólo vital, sino también estético.
De Mandelstam destacan los libros de poemas "La piedra" (1913) y "Tristia" (1922) y en prosa: ‘El rumor del tiempo’, ‘La cuarta prosa’, ‘El viaje a Armenia’, ‘De la poesía’ y ‘Coloquio sobre Dante’.
A Osip Mandelstam le costó la vida un epigrama contra Stalin, cuya traducción al español por José Manuel Prieto, se transcribe a continuación:
EPIGRAMA CONTRA STALIN
Vivimos sin sentir el país a nuestros pies,
nuestras palabras no se escuchan a diez pasos.
La más breve de las pláticas
gravita, quejosa, al montañés del Kremlin.
Sus dedos gruesos como gusanos, grasientos,
y sus palabras como pesados martillos, certeras.
Sus bigotes de cucaracha parecen reír
y relumbran las cañas de sus botas.
Entre una chusma de caciques de cuello extrafino
él juega con los favores de estas cuasipersonas.
Uno silba, otro maúlla, aquel gime, el otro llora;
sólo él campea tonante y los tutea.
Como herraduras forja un decreto tras otro:
A uno al bajo vientre, al otro en la frente, al tercero en la ceja, al cuarto en el ojo.
Toda ejecución es para él un festejo
que alegra su amplio pecho de oseta.
Este poema satírico le valió ser arrestado y condenado a tres años de destierro en los Urales tras la intervención personal de Stalin, quien interrogó previamente a Borís Pasternak sobre la valía de Mandelstam como escritor y decidió que no se le ejecutara. En su destierro el poeta intentó suicidarse. Posteriormente lo trasladaron a Voronezh, donde escribió "Los cuadernos de Moscú" (1935) y "Los cuadernos de Voronezh" (1937).
A pesar de que fue puesto en libertad en este último año, su instinto de conservación ya había cedido ante su propia estética y siguió escribiendo poemas que irritaban al régimen stalinista, lo que provocó una nueva condena en 1938 de cinco años a trabajos forzados a Kolymá, donde nunca llegó pues se supone debió fallecer el 27 de diciembre de 1938 en un campo de tránsito cercano a Vladivostok (Siberia).
La poesía de Mandelstam fue milagrosamente conservada por Nadiezhda, su mujer, autora de dos libros “Contra toda esperanza” y “Libro segundo”, en los que cuenta las trágicas experiencias que vivió con el poeta durante los años del terror. Memorizó sus poemas para que no se los tragara el olvido y, gracias a ella, Ósip Mandelstam está considerado como uno de los poetas rusos más importantes del siglo XX.
En 1956, bajo el régimen de Jruschov, fueron anuladas las acusaciones de 1938 contra Ósip Mandelstam y finalmente en 1987 la figura del poeta fue completamente rehabilitada durante el mandato de Gorbachov.
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